martes, 9 de septiembre de 2008

Barra barra

Levantóse empapado en sudor de la ya húmeda cama, empapado de sudor y de pesadillas, empapado de sombras grotescas y agujas en el cerebro, empapado de confusión y de hastío, empapado de olor a tabaco y de ron. Pensó en dar media vuelta y hundirse entre mantas otra vez, pero la sola idea de volver a tener ese sueño, de volver a entrar en esa locura de sombras y gritos ahogados hizo que diese un bote y fuese corriendo a la ducha. Mientras el agua helada le devolvía la vida que hace unos minutos había perdido, la pesadilla iba desapareciendo con la sudor de su cuerpo. Se fijaba en el desagüe y veía como la angustia y la ansiedad desaparecían en las tuberías. No se iban, pero, los recuerdos. Cerraba los ojos y un torrente como de agobio, de pánico, crecía desde lo más profundo de su mente y sabía que volvería a tener miedo a la oscuridad durante un tiempo...

Notaba que su consciencia iba y venía. Notaba que estaba volviéndose loco. Abrió la boca para chillar, pero el quejido murió antes de llegar a la garganta.

Y solo, desnudo, con las manos en la cara, lloró empapado de agua y de lágrimas.









4 comentarios:

Marta dijo...

Escriu...


:)

i no intentis guanyar més del que guanyes quan ho fas.

tabris dijo...

ein?

Anónimo dijo...

Riembambante!

zoraks dijo...

Va vinga, necesito lectura, escriu algo k testas tornant perro, XD