domingo, 8 de febrero de 2009

miércoles, 4 de febrero de 2009

Confirmado: soy retrasado mental

Fecha: ayer. Lugar: Local de la UGA. Análisis de la situación: Estoy jugando -con negras- en la tercera mesa con Lluis Canellas, 2250 de ELO català, un tipo que me dió una clase seis meses antes en la primera partida del cerrado del Vendell y que terminó haciendo un brutal 9 de 9, por lo tanto, le tenia en alta estima y gran respeto, así que fuí a la partida con muchísimas ganas de jugar y hacerlo bien y demostrar lo que había progresado. De hecho, creo que lo hice bastante bien y llegamos a un final de dos torres contra dos con ligera ventaja, pero calculé largos minutos dicho final y no vi nada concreto ni definitivo para consolidar la ventaja, así que miré el final de peones y vi que eran tablas, así que tonto -cobarde- de mi, fuí a por las tablas. Llegamos aquí:



Y ví que las negras forzaban tablas después de 1...e5!: 2.fe fe 3.Re5 bc 4.Rd4 Rb5 5.Rc3 (5.a6 llega a prácticamente lo mismo pero Rc3 parece mejor) Ra4 6.Rc4 Ra3 7.b5 ab 8.Rb5 Ra2 9.Rc4 Rb2 y la carrera de reyes son tablas. Así que igual me las di de listo o algo, pero después de 3..bc le pedí tablas y me las rechazó, así que bueno, como soy tan listo y demás, seguí jugando al toque, y llegamos a esto:



En fin. Salta a la vista que tras 1...Rd3 2.Rf5 Re3 3.Rg6 Rf4 4.Rh6 Rg4 bueno, nos quedamos con los reyen el bolas. Tablas. Pero imbécil de mi me fuí por el otro lado pensando -¿pensando?- que eran tablas igual. Me llevé una sorpresilla: 1...Rd5?? 2.Rf5 Rd6 3.Rg6 Re7 4.Rh6 Rf8 5.Rg6 Rg8 6.g5 y ups, de pronto el peón es imparable. 1-0, tócate los cojones. En fin, después de la partida quería morirme, y aún lo estoy deseando un poco. Anda que no es fácil echarlo a perder todo por un exceso de confianza, concentración o lo que sea, joder, con lo que me hubiese gustado hacer tablas con el tipo que seis meses antes se pegó un paseo triunfal por delante de todos, pero en fin, la vida -y el ajedrez- es así de capulla. He pensado en qué me llevó a meter la pata de esta escandalosa manera, y estoy prácticamente seguro que fué el hecho de pedirle tablas. A partir de ahí, que me las rechaza, dejo de pensar, como si inconscientemente estuviera demostrándole que lo tenía todo calculado -en cierta manera así era-, me levanto, voy a fumar y doy un paseo convencido de que puedo jugar al toque y no hay más que hacer delante del tablero. Al fin, totalmente convencido de que eran tablas por arriba y por abajo, me voy por arriba y, oh sorpresa, pierdo. Vaya mierda.

En fin, que eso, que creo que tengo una disfunción cerebral muy bestia. La historia de mi vida, fallos estúpidos con consequencias terribles.

Saludos.