domingo, 6 de abril de 2008

Marc Riembau 1-0 Luis Febrero

Hace medio año, en setiembre, jugué mi primer torneo de ajedrez. Hacía poquito que jugaba, y me hacía mucha ilusión. Lo jugué junto mi compañero de piso, su primo (:-)) y un compañero de clase. Ellos jugaban al grupo A como machotes y yo al de los viejos, reinsertados sociales, niños y demás perlas de la sociedad, al grupo B.

En la primera partida que hice me tocó un yayete y me lo pasé por la piedra en apenas media horita Aunque la partida fue todo un insulto a la razón y la estética, yo estaba la mar de contento por ganar la primera partida oficial de mi vida y ya me veía en los primeros tableros en nada. Pero en la segunda ronda me tocó contra un chaval de mi edad y me terminó ganando una partida bastante ajustada. Se jugaba una partida diaria, y por la tarde salían los emparejamientos de la ronda siguiente.

Aquella tarde alguien miró los emparejamientos y saltó gritando "bwajjaa, contra Febrerooo, al Marc le toca contra Febrerooo". Me contaron que Luis Febrero es un hombre de unos 70 años que juega la hostia de torneos y está en todas partes, aunque sigue teniendo un nivel bastante bajo. Entre todos me convencieron que le ganaría fácil y me enseñaron una apertura con la que, me juraron, le ganaría en nada y menos. Pues bien, después de dos horas mirando la aperturita y variantes y más variantes, mi ego (que no mi elo) ya estaba por las nubes, concienciado que el pobre Febrero mordería polvo en cinco minutos.

Pues bien, no sé cuántas jugadas fueron, pero en media hora ya tuve que rendirme, el abuelete me había fornicada como una mala bestia. Y bueno, tuve que soportar -durante meses- que Febrero me había dado por culo y me había hecho lo que había querido conmigo y blablabla...

Pero hace poco finalizó el VI torneo amateur de EDAMI en el que participaba yo y... Febrero. Me moría de ganas por jugar contra él, y en la última ronda, cuando ya pensaba que mi venganza no llegaría... ¡me toca contra él!

La partida la podéis ver clickando aquí:


Como véis, un auténtico polvazo y además con la misma apertura con la que me ganó, tenía que ser así. Ahora estamos empatados y me he podido quitar una espina clavada. Por fin mi alma descansa en paz.

THE END.

Saludos.

sábado, 5 de abril de 2008

Camino a la gloria

El mundo del ajedrez vive en éxtasis siguiendo el nacimiento de un jugador, alguien que de buen seguro se convertirá en un hombre de referencia como Fischer, Kasparov o Karpov; viendo cómo se forja un mito, cómo un joven niño consigue poner en jaque a los Grandes Maestros más fuertes del mundo.

Magnus Carlsen, pese a sus 17 años, tiene detrás una vida llena de éxitos, un claro resultado de la suma de un talento natural, una educación ejemplar y un trabajo envidiable. De familia humilde, sus padres siempre buscaron estimular intelectualmente a sus hijos desde muy pequeños. Henrik Carlsen, su padre, intentó enseñar al joven Magnus a jugar al ajedrez, pero este no mostró ningún interés en absoluto. Aunque su curiosidad despertó tres años después: "Desde los cinco hasta los ocho años no jugué nada al ajedrez. A los ocho, mi padre empezó a enseñar a una de mis hermanas y, entonces, yo quería ganarla. Así que me puse también a jugar con mi padre. Ése fue el principal estímulo. Descubrí que el ajedrez era mucho más interesante de lo que creía a los cinco años."

Al ver el desmesurado potencial del joven Magnus, Henrik Carlsen, su padre vió que la escuela sería una tumba para el intelecto del joven genio, así que vendieron todo lo innecesario (coche, casa en alquiler...) y se fueron de viaje de ciudad en ciudad mientras Magnus jugaba torneos. Lejos de querer convertir a su hijo en una máquina del ajedrez, "el plan de mis padres siempre había sido tomar un año libre para viajar y enseñarnos el mundo a sus hijos. Así que ese año fue una buena oportunidad para hacerlo".

Así, en 2003, con solamente 12 años, el joven Carlsen dejaba la escuela para dedicarse completamente al ajedrez. Debido a su incuestionable calidad, en 2004 es llamado para jugar en el grupo C del torneo de Corus donde termina con una espectacular puntuación de 10.5/13, con una "performance" de 2702. Además, espectacular partida contra Spike Ernst lo catapulta aún más a la fama y algunos empiezan a referirse a él como "el Mozart del ajedrez". Ese mismo año, Carlsen consiguió ganar al excampeón mundial Anatoli Karpov y al día siguiente entabló con Garry Kasparov, el mejor jugador del mundo en ese momento. Algunos meses más tarde obtendría el título de GM (Gran Maestro), consiguiéndolo con 13 años, 4 meses y 26 días, el segundo más precoz de la historia. En ese mismo año, se converetiría también en aspirante al título mundial, aunque fué eliminado en la primera ronda por Levon Aronian.

En 2005, consiguió convertirse oficialmente en un candidato al título mundial y, de hecho, en el candidato más joven de toda la historia del ajedrez. En octubre de ese año, conseguiría, en el torneo Arnold Eikrem Memorial, una performance de 2792, con solo 14 años.



Lo siguiente os lo podéis imaginar. Ya en 2008, en el torneo de Corus, ya en el grupo A, obtuvo otra performance superior a 2800, terminando con 8 puntos de 13, empatado con Aronian en el primer puesto. Carlsen ganó cinco partidas, incluída una partida espectacular contra el actual campeón del mundo Vladimir Kramnik. Un mes después volvió a hacer una performance superior a 2800 en el torneo de Linares, terminando segundo, a 1/2 punto del campeón Viswanathan Anand, actualmente el único jugador con un ELO superior a 2800.

El ELO de ajedrez es algo así como el ATP del tenis: una puntuación que clasifica a los jugadores de mejor a peor como buenamente puede y que se actualizó el pasado 1 de abril. Anand sigue como líder siendo el único en sobrepasar la barrera de los 2800, pero Carlsen sube 32 puntos respecto la lista anterior y se planta como el quinto mejor jugador del mundo con solamente 17 años y habiendo subido 70 puntos en un año...



La espectacular trayectoria de Carlsen bien recuerda a la del difunto ex-campeón mundial Bobby Fischer y, aunque esperemos que su genialidad no lo lleve a la locura, esto es lo que necesitaba el ajedrez: alguien al que idolatrar, alguien como Fischer, como Kasparov, alguien que rompe con todo lo visto hasta ahora, alguien que sea capaz de ganar a Kramnik con negras, de sacarse de la manga jugadas imposibles, de devolver al ajedrez la magia de antaño.

Si con 17 años ya ha sido capaz de todo esto, ¿qué nos queda por ver?