domingo, 20 de enero de 2008

Adiós, Bobby

Es difícil, sino imposible, elegir a una sola persona como "el mejor ajedrecista de todos los tiempos". Pero sí es indiscutible que Robert James Fischer, Bobby Fischer para los amigos, es un claro candidato al título. Es quizá el más carismático de los ajedrecistas, ya sea por su innegable talento innato que tenía o por su seria locura mental, que a la vez se plasmaba en el tablero con jugadas que convertían una posición tranquila en una pesadilla para el rival.

Hijo de madre judía nacionalizada estadounidense y padre alemán, nació en Estados Unidos en 1943. Sus padres se separaron cuando él tenía dos años y a los siete, su hermana le enseñó a jugar al ajedrez. En poco tiempo ya vencía a su hermana y necesitó de jugadores más fuertes, así que se inscribió al club de ajedrez de su ciudad. A partir de ese momento, el ascenso de Bobby fué imparable. A los 13 años jugó contra Donald Byrne la denominada "partida del siglo" (verla online) y dos años más tarde se convertiría en el Gran Maestro más joven de la historia en aquel momento.

Mientras su meteórica carrera ajedrecística continuaba su vida tomaba caminos más tortuosos: empezó a mostrar sus primeros comportamientos antisemitas, causando riñas con sus compañeros judíos y demás. Sus maestros de la escuela lo recuerdan como un joven difícil. Dejó la escuela y pasó a recibir clases particulares, aunque su educación jamás conluyó en nada. Quizá fué este uno de los motivos que acentuaron aún más su excentricidad y empezó a ser un caso de locura.

A pesar del currículum que ya tenía a los 15 años, sus mayores éxitos se hicieron de rogar, ya sea por su comportamiento caótico e irracional o por la razón que fuese, Fischer no entró en la verdadera élite del ajedrez hasta años más tarde, donde acabaría saltando a la cumbre con el torneo mundial de 1972. Venció el torneo de candidatos, ganandose así el derecho a enfrentarse a Boris Spassky por la lucha al título de mejor jugador del mundo.


Este encuentro contra Spassky, llamado "el match del siglo", traspasó las fronteras del ajedrez como deporte y simbolizó la continuación de la guerra fría entre la antiga URSS, representada por Spassky y los EEUU, con Fischer. Debido a esto, el encuentro tuvo una repercusión mediática brutal y los gobiernos de ambos países se volcaron en el acto. Aunque quitando los simbolismos, el match ya de por sí tenía una importacia increíble: Spassky hacía tiempo que era campeón del mundo y que nadie le ganaba en un match, mientras que Fischer, que estuvo muchos años desaparecido, ahora había vuelto y había ganado el torneo de candidatos con una facilidad insultante.

En la primera partida del match, Spassky jugaba con blancas y terminó ganando. En la segunda partida, Fischer ni siquiera se presentó. Con el marcador 2-0 a favor de Spassky y con la incomparecencia de Fischer ya en la segunda partida, todo hacía pensar que Spassky volvería a salir como campeón del mundo otra vez, impugnable. Pero no fué así. Fischer volvió al tercer día, jugó, y machacó sin piedad al rival con las negras. A partir de este momento, Fischer solamente volvió a perder una vez más, las otras partidas o bien terminaron en tablas o bien Fischer destruyó a Spassky. Y las tablas fueron prácticamente todas en las últimas partidas, lo que quiere decir que Fischer se contentó con ir forzando las tablas una vez el marcador estuvo de su parte, y a Spassky no le quedó más remedio que ir viendo como poco a poco el match se le escapaba de las manos. El resultado final, 12½-8½ a favor de Fischer, undécimo campeón mundial.

Desgraciadamente, este también fué el fin de su carrera. Fischer no volvió a jugar ninguna partida oficial y en 1975, cuando tenía que jugar un match contra Karpov para defender su título de campeón del mundo, Fischer ni siquiera se presentó debido a que pidió a la FIDE exigencias que ésta rechazó. Karpov se convirtió en campeón mundial y Fischer perdió el título.

Desde entonces, jamás volvió a jugar en público y llevó una vida llena de excentricidades. Hasta 1992, veinte años después del match del siglo. Fischer aceptó jugar de nuevo (se dice que fué una jovencita de 19 años llamada Zita Rajcsanyi la que realmente convenció a Fischer para jugar) contra Spassky para conmemorar la fecha. Volvió a ganar y se quedó con el premio de 3 millones de dólares. Pero este segundo match se celebró en la antigua Yugoslavia, terreno bajo el bloqueo de EEUU, y Fischer fué considerado un traidor y entró en las listas de fugitivos de la FBI y la CIA. Fischer desapareció de nuevo.

Hasta 2004, cuando reaparició de nuevo en un aeropuerto de Japón y fué encarcelado inmediatamente. Fischer calificó el acto de secuestro, que el primer ministro japonés Junichiro Koizumi había recibido órdenes de George Bush. Mese más tarde, Islandia le daría asilo político de EEUU y se ordenó llevarlo a Reykjavik para darle la nueva cuidadanía. En 2007, le fue diagnosticada demencia senil y trastornos de personalidad dobles y triples y fue ingresado en un hospital de Islandia para mantenerlo bajo vigilancia. Moriría el 17 de enero de 2008, después de una larga y desconocida enfermedad, a los 64 años, número de casillas que tiene un tablero de ajedrez, la pasión que lo ha convertido en mito.



"De forma implacable y con una exigencia sin compromiso, mejoró las condiciones del juego, la consideración social del ajedrez y de los ajedrecistas. Fischer modernizó en la práctica aspectos arcaicos del juego y hubiera llevado a cabo por completo la conversión del ajedrez al profesionalismo de no haber descarrilado en el camino. Pero algunos demonios de su carácter y un excesivo individualismo acabaron por convertirlo en un ermitaño" - Garry Kasparov.

"Por carácter, Fischer es espontáneo y orgulloso. Dice lo que piensa. Pero a este tipo de personas les resulta muy difícil vivir en una sociedad moderna, y me parece que Fischer se encuentra muy sólo. Ésta es una de sus tragedias..." - Boris Spassky.

"Es difícil jugar contra la teoría de Einstein" - Mihail Tahl.

"El hecho de que la personalidad de Fischer ejerce un fuerte efecto sobre su oponente no ofrece dudas. Ese largo rostro de fanático que se cierne de forma constante sobre el tablero, los ojos ardientes, la exclusión del mundo exterior. Esos dedos largos, que retiran implacablemente piezas y peones del tablero... Así es cómo los rivales de Fischer pierden el control de sí mismos" - Alexander Kotov.

"
El mundo le recordará siempre como el mejor de todos los tiempos, el más genial, el más despiadado. Sus partidas no admiten detractores. Ajedrez en estado puro, la claridad y elegancia de Capablanca, el instinto asesino de Alekhine y la fortaleza mental y determinación de Lasker: eso era Fischer. No hay duda de que si alguien se acercó a la perfección en este noble arte, ese fue Robert James Fischer" - Miguel Illescas.

"Chess is war over the board. The object is to crush the opponent's mind." - Bobby Fischer

"I am the best player in the world and I am here to prove it." - Bobby Fischer


2 comentarios:

Marta dijo...

Ja m'hi podries posar, als amics del blog no..?
Ah i escriu en català alguna vegada, no? Que segur que serà igual de bo! Només una, per veure si és tan desastre com dius! :D

tabris dijo...

¡Quina barra! ¡La única vegada que dius algo per aquí és perque et promocioni! ¿Veus com ets una egocéntrica i no tens sentiments? :)

Ah, i el catalá no és perque no el domini (bueno, lo dels accents cap aquí i cap allá és un problema, si), és perque no em sento cómode escrivint amb catalá, ves per on. Ets la 45 de la llista que hem diu el mateix i no, no em canviareu de decisió XD ¡Arriba el habla del imperio! ...

...

ejem, retiro lo dit. Tot lo dit en tot el comentari, eh? :P Bueno, menys el troç en que dic que ccontinuaré escrivint en castellá. Bueno, i blablabla.

Que tingui un bon dia tothom.